Quizás has escuchado esta frase: “los aceites vegetales inflaman, son malos o perjudiciales para la salud”. Hoy quiero contarte por qué esta premisa no es del todo cierta, presta mucha atención:
Los aceites vegetales son todas aquellas grasas en su forma líquida que se extraen de las plantas, así que empezando por ahí, la premisa de que “todos” los aceites vegetales son “malos” es errada. Estas grasas se extraen de plantas como las semillas del girasol, la palma, la canola, la oliva, el coco, la soya, entre otros. Hoy queremos contarte puntualmente sobre la canola, su aceite y la confusión que se ha generado al hablar de este aceite. Para desmentir algunos de ellos vamos a explicar muy bien qué es la canola, de dónde proviene y un poco de historia sobre este producto alimenticio, además de sus propiedades nutricionales con un sustento científico sólido:
La canola es una planta de la familia de las plantas Brassicaceae. Entre estas especies está una muy conocida como la “colza”, que fue identificada hace muchos años por tener un alto contenido de ácido erúcico, un componente tóxico para el consumo humano, razón por la cual sólo tenía uso industrial. Pero desde 1979 la industria de aceites logró encontrar una especie con muy bajas concentraciones de dicho ácido (<2%) , y por el contrario con un perfil nutricional bastante saludable para el consumo humano. Sin embargo, muchas personas se quedaron con este concepto antiguo de que este aceite no era adecuado y por eso muchas veces se escuchan conceptos errados de la canola y de su impacto en la salud humana1.
Existe evidencia suficiente que indica que las grasas provenientes de la canola son bajas en grasas saturadas y ricas en grasas mono y poliinsaturadas, que son las más saludables para el consumo humano y además son fuente importante de esteroles vegetales y fitoesteroles. Los nutrientes presentes en el aceite de canola han sido identificados como cardioprotectores ya que pueden reducir de manera mdoerada los nieveles de colesterol “malo”, el “LDL” (colesterol de baja densidad proteica por sus siglas en inglés)2.
También se ha visto cómo el contenido de lípidos o grasas en el aceite de canola contribuye a mejorar incluso la resistencia a la insulina, donde se muestra cómo, al incluirlo con moderación dentro de una dieta balanceada, puede llegar a ser un aceite de uso seguro para las personas.
La creencia de que en general los aceites vegetales “son malos”, “pro inflamatorios” o “nocivos” es errada porque desafortunadamente, dicha inflamación o producción de toxinas y compuestos nocivos se da es por el mal
uso de los mismos aceites. Si bien es cierto que cada aceite, dependiendo de su origen tendrá sus características y propiedades, cualquiera de estos será susceptible de modificar su composición si se lleva a muy altas temperaturas y se reutiliza, como es el caso de muchas malas prácticas tanto en casa como en la industria o en restaurantes y locales comerciales de comidas. En estos casos, es posible que los aceites pierdan sus propiedades, formando compuestos que sí pueden ser nocivos para la salud y que tanto en exceso como en un consumo frecuente y habitual, sí causan problemas de salud3.
El aceite de canola es uno de los aceites vegetales con mayor porcentaje (%) de grasas omega 3 de origen vegetal y por eso su consumo, dentro del contexto de una alimentación saludable rica en otros alimentos naturales como frutas, verduras, cereales y granos integrales, se ha asociado a una posible protección de riesgo de enfermedad del corazón y otras crónicas incluso como la Diabetes Tipo 2. Así que este es un aceite que podrás incluir de manera moderada en tu alimentación diaria, recuerda un buen uso: evitar sobrecalentar y reutilizar.